
Con el fin de crear una visión más prismática, escribo éste artículo y siempre desde mi humilde postura nutricionista-homeópata, por lo que quiero dejar claro de ante mano, que para mí es básico creer en el alimento-medicamento y de que la alimentación constituye un pilar fundamental que aportaría grandes cambios en el cuidado ecológico frente a nuevas generaciones.
La pirámide nutricional es una guía visual útil para seguir una dieta equilibrada. La guía de la alimentación Saludable, incluye la nueva pirámide de la alimentación (SENC 2004), convirtiéndose en la principal referencia en materia nutricional, como forma gráfica de integrar todos los alimentos propios de nuestra dieta de forma racional y saludable.
Para llevar a cabo ésta dieta equilibrada, las proporciones porcentuales de los diferentes sustratos, de acuerdo con la ingestión diaria de calorías, se puede considerar de la siguiente forma:
Hidratos de Carbono: deben suponer entre el 50-60 % del total de nutrientes de nuestra dieta, teniendo en cuenta, que los Hidratos de Carbono simples deben suponer menos del 10%.
Proteínas: entre el 10-15% de la ingesta total, siendo el 50% de carácter animal y 50% vegetal.
Lípidos: entre un 15 y un 30%, preferiblemente grasas monoinsaturadas, reduciendo el consumo de poliinsaturadas y saturadas. Se puede elevar este porcentaje al 35% con el consumo de aceite de oliva como grasa principal.
A estas recomendaciones hay que añadir un consumo mínimo de 25 gr de fibra al día y menos de 300 mg de colesterol.
Se le deberán sumar los requerimientos de vitaminas y minerales de cada persona, así cómo modificarse en función de factores individuales, como el estado de salud de cada sujeto en particular o el tipo de actividad desarrollada.
Hace unos días se desarrolló la primera Conferencia Mundial sobre la Dieta Mediterránea, donde la Fundación Internacional de la Dieta Mediterránea presentó su propuesta de la nueva pirámide de la Dieta Mediterránea ambientalmente sostenible, y desde aquí quiero que la conozcáis.
En Milán se llevó a cabo la 1ª Conferencia Mundial sobre la Dieta Mediterránea con el título La revitalización de la Dieta Mediterránea: Desde un patrón de dieta saludable a un estilo de vida Mediterráneo sostenible. Entre muchas otras cosas, en este evento se presentó una nueva pirámide de la Dieta Mediterránea en la que se ha añadido algo de lo que se viene hablando mucho últimamente, y es de la necesidad de contemplar la sostenibilidad de los alimentos.
La Fundación Internacional de la Dieta Mediterránea (IFMeD, por sus siglas en inglés), presidida por Lluis Serra, ha propuesto en esta Conferencia la nueva pirámide de la Dieta Mediterránea ambientalmente sostenible, en la que se han añadido pictogramas que muestran que en la alimentación deben primar los productos de temporada y de proximidad, es decir, los productos locales, cosa que la industria y el comercio no ponen demasiado fácil, como sabemos.
Ojo, con todo esto no quiero caer en el conspiracionalismo, pero sí en la prudencia; A la hora de hablar de alimentos ecológicos, nos fijamos en lo que nos evoca, en que pensamos que es más natural, local, saludable, de un sabor más apetecible, encima ayudamos a reducir el impacto ambiental…. Y un largo etc
Pero esto no es así: En la Legislación Europea, solo se habla de que para llevar el sello de ecológico la única condición es que el producto no lleve productos de síntesis; que no contenga productos de síntesis es simplemente que en su producción se invierta menos de X % de CO2, no menciona ni que sea más natural, ni más rico, ni de cooperativa cercana…
Luego entonces está en nuestras manos el fomentar ese consumo de alimentos sostenibles, ¿Chuletón ecológico de Chile?, ¿y más caro?. Llamarme loca pero no lo veo.
Por desgracia detrás de esta falta de legislación se encuentran intereses económicos, no interesa invertir en nutrición sostenible porque los beneficios se verían a largo plazo y lo que realmente necesitan son azañas políticas comprobables en periodos de 4 años.
De lo que se trata al fin y al cabo es de volver a la alimentación y al sistema de abastecimiento que llevaban nuestros abuelos, a veces la evolución se convierte en involución, y lo peor es que en algunos casos es tarde para poner remedio, y éste además es difícil de adoptar.
Retomando, que la nueva pirámide de la Dieta Mediterránea que se ha propuesto, por si alguien se fija en ella para adquirir hábitos saludables de alimentación y de vida, puede incluir próximamente consejos para que también se cuide el planeta, entre otras cosas, comprando productos locales, pero también valorando los sistemas de producción respetuosos con el medio ambiente en agricultura, ganadería y pesca, reduciendo y evitando el impacto ambiental de la industria y los transportes y preservando la cocina y las recetas tradicionales.
Según el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, no sólo hay que adoptar la recomendación de comer pescado más de dos veces a la semana, también es necesario elegir un pescado sostenible, y advierte:
“Si el año pasado en España comimos 500.000 toneladas de panga, que procede de un río contaminado de Vietnam, no hemos entendido qué es la dieta mediterránea”. ¿Preocupante, verdad?
Desde luego que no es lo ideal, pero también es cierto que no siempre es fácil acceder al pescado sostenible. Sabemos que la mayoría de la población realiza las compras de alimentos en supermercados e hipermercados, y es donde abundan los alimentos viajados. En mi opinión, un consumo más sostenible no debería ser una opción, sino una obligación legislada, donde el gobierno se ocupara de garantizar su cumplimento, (si es que fuera cierto que tiene una preocupación creciente hacia el impacto medioambiental que supone seguir durante años haciendo lo que hacemos).
Si pago más impuestos porque mi coche viejo emite más CO2 del deseable, ¿Por qué no controlar las emisiones de los transportes de alimentos reduciendo estas distancias? En fin, solo es una humilde opinión.
Otra novedad que hay que destacar, es que ha aumentado el número de veces que se recomienda comer legumbres a la semana, pasando de las dos a tres veces semanales, a un consumo diario. De este modo, además de disfrutar de un alimento nutritivo y sano con más asiduidad, se reduce el consumo de proteínas animales, que como sabemos, su producción favorece el cambio climático, y como también sabemos, la producción de carne va muy lenta.
Esta modificación de la pirámide me parecía tan necesaria como importante pero, yo daría un par de pasitos más.
¿Es básico que el calcio ingerido en nuestra dieta provenga de la leche de vaca? ¿Realmente no se puede prescindir del vértice superior de la pirámide?
Pasitos que daré con dos próximos artículos
Vivimos en un momento donde existe gran cantidad de información sobre los alimentos que consumimos, sus propiedades, sus ingredientes, sus beneficios para la salud, etc. Lo que ocurre, es que muchas veces esta información no se entiende está manipulada o incluso, no es del todo cierta. Esto hace que la gente crea en “cosas que se dicen por ahí” o en anuncios de televisión, pudiendo estar cometiendo un grave error para su salud al decidir ponerlas en práctica.
Informémonos bien antes de creer algo que leemos en una revista o vemos por la televisión, la mayoría de veces, no es lo que parece. Pero sobre todo, sé tú mismo el que elige lo que comes.
Fomentemos el consumo local y de temporada y recuperemos costumbres que han funcionado durante años: Más mercado y menos supermercados.
Aboguemos por mayor consumo de materias primas, más vegetales, y que los productos procesados que consumamos lo sean porque los elaboremos nosotros mismos.